le los noviazgos de la postguerra solían ser muy largos. Y había que poner las cosas en claro desde el principio, porque ya se sabía que al hombre que se le daba el pie se tomaba la mano y siempre iba a estar dispuesto a pedir más. Las primeras condescendencias eran, pues, las peores. Es muy difícil aconsejarte ahora, porque el «usufructante» se ha acostumbrado a tus condescendencias. Pero mucho se puede conseguir evitando ocasiones, buscando temas de
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DISPONERIV - Prepararse para la realización inmediata de una actividad