ella en el paseo, la contestación fuera: «No, gustarme no, mujer, pero me hace ilusión.» El objeto de la ilusión era cambiante, cualquiera podía servir para prender en aquella especie de sustancia gaseosa siempre dispuesta a inflamarse. Con relación a este peligro incontestable, los encauzadores de la conducta femenina se esforzaban en sus consejos por establecer un terreno de medias tintas, a caballo entre el encanto y el desencanto. Es muy bonito pasarse la vida
USO:160.03
DISPONERIV - Prepararse para la realización inmediata de una actividad