que ha entendido mal una expresión de la lengua canónica, o bien la ha modificado por hacer una broma, o bien ha adaptado una palabra extranjera (el «guachimán» venezolano proviene de «watchman»), o bien ha inventado una expresión radicalmente nueva. El individuo emplea la nueva expresión en sus conversaciones y, si ella es considerada útil o cae en gracia, es adoptada gradualmente por otros miembros del grupo, hasta incorporarse al dialecto de la misma, ya