la los hombres y no una vuelta de tuerca más en el mismo sentido que las aherroja y exaspera, ello ha de ser tan sólo para quien goce del milagroso don de conocer los inescrutables caminos del Señor, pero no ciertamente para quien juzgue por las apariencias. TIBI DABO 2 DE NOVIEMBRE DE 1980 DESDE QUE EL ilustrísimo señor obispo de Córdoba tuvo la fecunda idea de aprovechar su amistad personal con el emperador para venderle la sangre de Jesús Nazareno a cambio del imperio,