el totalmente pasivo de receptor forzoso de sus nuevos señores o, cuando no, el activo de resistirse a su dominio, rechazando con la pelea o con el suicidio su "integración en la historia universal". Si se le exige al uso de la voz activa todo el sentido que es de ley pedirle para un sujeto humano, hay que decir que América jamás entró en la historia; América fue entrada por la historia -entrada a sangre y fuego, a