la efectos que García-Sabell atribuye a la envidia sobre el envidiado, efectos realmente terribles: "esteriliza cuanto toca, destruye aquello a lo que se arrima, cuando nos percatamos ya tenemos sobre nuestras espaldas el cuchillo de la traición. Si logramos esquivarlo y salimos indemnes de la aventura, una nueva distorsión agobiará nuestra alma: el desánimo. Y con él, la negación de todos los valores. Ya nada vale la pena. El escepticismo hace presa en nosotros. Y ahora