Texto contextualizado: |
haber llegado. Pero debes saber que aquel día de octubre llovía torrencialmente en Monteoscuro. Karl -que tanto me ayudó en los primeros días que estuve solo- me subía en su coche, que parecía fatigarse bajo el aguacero y que patinaba en las callejas resbaladizas. Yo tuve no sé qué negros presagios, no sé qué turbios pensamientos, al ver caer el agua desordenadamente de los canalones rotos, al ver correr el agua por los soportales de los palacios oscuros y vacíos, |
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