murallón de los Balcanes. Peter había recibido aquella misma mañana una carta de la Embajada Alemana en la que le proporcionaban información al respecto y le desaconsejaban que viajase a Grecia por aquella ruta de montaña. (Un viaje que debía evitar incluso en el verano, por la escasez de medios de transporte y, sobre todo, por lo tortuoso de las carreteras.) Jano, que también esperaba con interés aquella información, se sintió desilusionado. Había descansado mucho a lo largo