Texto contextualizado: |
alma, y la inseguridad trajo tal desamparo que volvió a soñar las sábanas para poder abrazarse. Luego se sucedieron otros escalofríos que se alejaban como un eco pero el mal estaba hecho y el miedo alojado en el cuerpo. Le pareció estar llorando mas la piel de las mejillas lo desmintió; entonces vio que se trataba de una compasión enfermiza, cuya morbidez no distinguía de las lágrimas, la que le desproveía de sus fuerzas; y allá donde éstas desaparecían, la debilidad |
MIR:120.15 |