de que algún emirato petrolero había adquirido sin previo aviso el conjunto del barrio. ¡ Eso si que era el colmo, colonizados por aquella gentuza!: habría que volver a la resistencia, como en la época de los alemanes. Reparó entonces en que el propio rótulo de la Rue du Faubourg Poissonnière exhibía unos garabatos odiosos: ¡la alcaldía, sí, la alcaldía, había pasado a sus manos! ¿Quién había adoptado tan estúpida y criminal decisión? ¿Se proponía