selale ofrecer un porvenir claro y resuelto... Tienes que aguantar, aguantar y aguantar todo lo que te ocurra. Debe decirse, en honor de la verdad, que la pereza declaratoria de los jóvenes de aquella época no solamente estaba motivada por la incapacidad de ofrecerle a su amada en breve plazo un porvenir seguro, aunque éste fuera un freno en muchos casos. Existían aparte de estas razones de tipo práctico, también otras de índole psicológica, que afectaban a