Texto contextualizado: |
le hacer lo que le viniera en gana o a renunciar al lujo de desfilar bajo palio. La censura oficial, de todas maneras, corría un tupido velo sobre aquellas presuntas desavenencias entre Eugenio y Francisco, del mismo modo que los confesores ordenaban el más celoso silencio sobre los problemas conyugales de sus penitentes femeninas. Había que guardar las apariencias para no dar al traste con la estabilidad de las instituciones intocables. Si el marido engañaba a la mujer, con tal de que lo |
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