. Por supuesto que estas historias del celuloide, donde se daba por sentado el derecho a la felicidad terrenal, contenían una afirmación de signo muy diferente para la España del «bendito atraso» que para el mundo capitalista que las había inventado. Reflexionando sobre Vivir para gozar y Vive como quieras, comenta un autor: Ambas tienden a mostrar la inquietud del hombre americano por salir del vivir mecanizado y económico en que se halla sumido. Su trama parece delatar un tenue pero acaso