en tanto que las leyes naturales son inherentes a cosas concretas y son inalterables por la acción humana, las convenciones son obra humana: las inventamos nosotros, aunque no siempre tengamos conciencia de ello, y nos enseñamos a nosotros mismos a obedecerlas o violarlas. Finalmente, cuando el lingüista finge la existencia del lenguaje (o del hablanteoyente ideal) por encima del habla real (parole), se ubica más allá de lo natural y lo social. Piensese por ejemplo