escritura y la grabación son invenciones muy recientes, no puede haber prueba empírica directa en favor o en contra de esta hipótesis. Pero tampoco hay prueba empírica directa en favor de las hipótesis de que el hombre primitivo dormía, pensaba o amaba. La poca evidencia empírica disponible es circunstancial e interdisciplinaria, a saber, por la vía de principios generales de la biología, la psicología y la sociología. Por ejemplo, estamos seguros de que el hombre primitivo tenía nuestras mismas necesidades (