a la que considera perfecta, invariable y universal. Es probable que los gramáticos de la vida real, los que se ocupan de escribir gramáticas o analizarlas, no sean empiristas estrictos ni racionalistas estrictos, sino más bien racioempiristas que admitirían tanto regularidades gramaticales como excepciones a éstas. (Vease Bunge 1983 b para una síntesis de empirismo y racionalismo.) Es probable que admitan que, tanto los corpora como las gramáticas que intentan dar cuenta de ellos, son imperfectos.