moral superior; los torpes y encenagados, el perdón de un espiritualismo sin sacrificio, y los hombres que han vendido su alma a la juventud, la posibilidad de convertir su pecado en una melancolía salvadora. Las primeras barbas existencialistas, lucidas por extranjeros que hacían gala de un particular desaliño indumentario, irrumpieron en nuestro país a partir de 1953, coincidiendo con el desarrollo del turismo, importante recurso económico del que las nuevas directrices políticas ya no podían prescindir. Aquellos hombres que habían
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LUCIRII.2 - Destacar o presumir [alguien] (de) [alguna parte de su aspecto o alguna cualidad]