. La tranquilidad y el aire fresco que necesitaban tus nervios estaban asegurados. La casa se asentaba en uno de los valles laterales. Apenas tenía vista al lago, pero se encontraba situada en un lugar recogido y paradisíaco. »Decidimos descender del tren en Verona y no en Sirmione, como hubiera sido lo más lógico. Queríamos visitar antes la ciudad. Por eso, es de Verona de donde proviene, Francesca, mi recuerdo de un nuevo ángel: el de Pisanello,