experiencia tan distinta de la que vivimos unas semanas después en Florencia! Experiencia opuesta, pero que se complementaba y se fundía en nuestro corazón. A Florencia éramos nosotros los que llevábamos la música. En Florencia éramos nosotros los que nos derramábamos en el mundo como música y nos fundíamos en la luz. En Venecia sólo la música podía derrotar la apoteósica agonía de la ciudad. En Florencia la urbe estaba excesivamente viva. Ascendía la vida del Arno con la luz o descendía de
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DERRAMAR - Dejar o hacer salir un líquido de su contenedor (normalmente, aplicado a la sangre y a las lágrimas)