Xoquec maldijo al dios y a su tradición. El dios abrió sus mandíbulas terribles para despedazarlo... (Se detiene, emocionada.) El muchacho encajó el bastón en las fauces y se abalanzó a aquella bocaza llamando a su padre, dispuesto a morir con él si no lo salvaba. Y con sus fuertes manos lo sacó, ileso. ¡Tú eres ahora nuestro jefe!, dijo Curucé. Y los guerreros mataron con sus lanzas al dios perverso y pusieron el bastón
CAI:045.23
DISPONERIV - Prepararse para la realización inmediata de una actividad