Texto contextualizado: |
pues ha destruido las pruebas, aprovechando la ocasión de telefonear el guardia para tirar disimuladamente su tarjeta de identidad por una alcantarilla. Por eso no le encuentran el documento cuando poco después, ya en la comisaría y al negarse a dar su nombre, le registran en vano la cartera. Por desgracia, el viejo no tiene paciencia para mantener el papel de tonto, porque ese pretencioso sargento interrogador acaba exasperándole. -No me engañas, traidor fascista... -le suelta |
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