El sábado cumplió el abuelo su promesa y Miguel se instaló en un silloncito floreado en el salón de las tertulias. Se había llevado un libro de Tintín para entretenerse mientras los otros señores llegaban, pero no pasó de la primera página porque se distrajo imaginando cómo serían, qué aspecto tendrían los contertulios: altos quizá y delgados, vestidos con capas negras como la del abuelo. Pronto llegó el primero de ellos, y era bajito, regordete y feo y le faltaban dos
TER:025.22
INSTALAR - Colocar algo en un lugar para que preste cierto servicio, poner a alguien en un lugar para que viva en él