me un ayudante y ambos médicos cambian unas palabras. Frases crípticas y gestos de negación o asentimiento, entre monosílabos dubitativos mientras se reflexiona. Finalmente la eminencia escribe algo, da unas instrucciones al ayudante, que se retira a cumplimentarlas y, cruzando las manos, mira sonriente al viejo y a Andrea. -Bien, amigo Roncone, bien; tiene usted una constitución espléndida y un estado general envidiable para sus años salvo, claro está, el problema que le trae a