que el mundo falla y le rechaza. Por eso el viejo le abraza tiernamente, le besa, le huele con tanta avidez animal como olfatea el propio niño, identificandose así con él. « ¡ Mira que necesitar libros para criarle!... ¡ Así no se enseña a vivir, sino con las manos y con los besos, con la carne y los gritos...! ¡Y tocando, tocando!... Mira, niño mío, yo abrazaba al Lambrino igual
SON:053.18
CRIAR - Tener descendencia, cuidarla y alimentarla en su crecimiento. Producir