Un viaje inesperado En la desventura nos queda el consuelo de hablar de tiempos mejores. Con la presente crónica participo en el esfuerzo de grata recordación en que están empeñadas plumas de mayor vuelo que la mía. Para tal empresa no me faltan, sin embargo, títulos. En el año ochenta yo era un joven hecho y derecho. Además he conversado a diario con uno de los protagonistas envueltos en el terrible episodio. Me refiero al teniente coronel (S.R.) Rossi. A