le, pero él le recomendó que desistiera, no iba a conseguir convencerle de nada. Esa misma semana volvió aún en otra ocasión, para llevarse su retrato del dormitorio grande. La abuela, cuando le vio entrar, lanzó un grito agudo, se ocultó bajo las sábanas y empezó a llorar en un acceso de histeria, gritando confusamente: «¡No le dejéis entrar! ¡Me va a pegar, me va a pegar!». Mercedes, con
TER:093.24
LANZARII.2 - Emitir [algún tipo de sonido o mensaje]