la desesperanza y el suicidio. Me pregunto, sin embargo, si el fatal error cometido por Rosa no será la cara sombría de otra luminosa fuerza sin la que el caimán tampoco podrá ser definitivamente vencido: la [ fuerza ] que poseyó, por amor a una sola niña entre todas las niñas, la mujer a quien el más desdichado de todos nosotros llamó... Rosamunda. (Oscuridad. La melodía de Schubert se extingue lentamente.) Telón