Guardese los cincuenta años. --Realmente lo convertí en uno de nosotros. Usted es un miserable. No tiene sentido de la equidad. Le propongo un trueque generoso. Yo pago ahora, usted dentro de cincuenta años. Le exijo testamento firmado, porque no creo en su palabra. Dentro de cincuenta años, esos bienes que tanto le preocupan, no le servirán de nada, porque desde ya le digo que no voy a renovar su vida. Soy diablo y puedo