esposos lo miran. DIONISIO los mira de soslayo, abre y sale. Con los ojos fijos en la puerta, ROSA y NÉSTOR ven cómo se va cerrando lentamente mientras se adueña de la escena una densa oscuridad. La música se aleja, y, mientras vuelve la luz lentamente, se columbran en el primer término vagas presencias que no tardan en precisarse bajo una viva claridad. El fondo sigue oscuro. En el centro del proscenio hay una camilla de metal con ruedas