le el resguardo de la consigna. --Sólo tienen el resguardo de mi gabardina. Cuando vi que te desfondabas te di el cambiazo. Comprende que es mejor... Sin dejarme terminar me arrojó a la cabeza la tetera, que pude esquivar por un pelo y que fue a hacerse añicos contra la mampara. --Cálmate, mujer. La policía no va a ayudarnos.