--Tuvo suerte de contar con un médico muy compasivo. --Hasta cierto punto, nomás, hasta cierto punto. En esta vida precaria nada dura, ni siquiera nuestros buenos sentimientos. Llegó el día en que me cansé de la compasión y eché todo a la broma. --¿Ante su propia víctima? --Sí, una barbaridad. El Buey, en una de mis visitas, porque ahora yo lo visitaba, me dijo que mientras le alcanzara el dinero se confinaría