las hasta dejarla desmadejada y derrumbada en un sofá cercano. Te lo cuento porque éstas son las cosas que aparecen cuando se resquebrajan las máscaras. Estas personas que trabajan conmigo durante la semana son serias, rigurosas, inspiran confianza, la merecen y la profesionalizan. Y luego, los sábados se emborrachan, tropiezan entre ellos, intercambian fantasmas y turbias soledades, buceadores sabios al servicio de otros que se ahogan en sus propias aguas sin fondo.