«No hay nada más allá de esta isla, nada por lo que merezca la pena luchar.» Y tú decías: «Sí hay. El mundo entero nos necesita.» Luego reflexionabas y añadías: «Por lo menos nuestro país nos necesita...» Yo no estaba segura de que Francia pensara en mí. Pero creía que ser joven es marcharse a alguna parte. También creía que se debe salir del Paraíso para ayudar a los que viven fuera. Por