es por eso! La noticia le quita esa pesadumbre a Renato: es que el Cantanotte se muere. El viejo lo comenta mientras pone platos y cubiertos sobre la mesa sin dejarse ayudar por su hijo que, ya tranquilizado, repara de pronto en el olor. Ese olor conocido, pero inclasificable; antiguo y entrañable. Ese olor... El viejo le ve olfatear. -¿Ya no te acuerdas? De golpe: -¡Migas!