sillón duro », como le llama Anunziata. No comprende que el viejo lo prefiera porque es un mueble florentino de nogal sin tapizar, con respaldo recto y brazos. Pero al viejo no le gusta el diván: en él se hunde, no hay firmeza, es para la blanda gente milanesa. -Le gustan los rascacielos, ¿verdad? -preguntó Andrea cuando le vio instalarse allí por primera vez-. ¡Son espléndidos! Empiezan a iluminarse huecos en
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HUNDIR - Hacer que algo se vaya al fondo, deformar una superficie, derrumbar una construcción