¡Un cabrón milanés! Se arrepiente de la palabrota, pero ella sonríe. -También sus pantalones: mireselos. Habría que limpiárselos. -¡Qué importa! Si le cojo le mato... ¡Cabrón! Y perdone. -Un cabrón -repite ella serenamente, sorprendiendo al viejo. El niño juguetea ya con el pelo de la mujer, que continúa-: ¿De qué parte del Sur es usted? Ahora comprende el viejo: ella le ha reconocido
SON:129.08
IMPORTARI - Tener valor o interés para alguien [algo]