. Renato sonríe, entre impaciente y benévolo. -No es cuestión de sitio, padre. Es por su bien. -¿De quién? -Del niño, naturalmente... Ya se lo expliqué el otro día: así se evitan complejos. Cosa psicológica, de la cabeza. No deben tener fijaciones de cariño, ¿ comprende? Deben soltarse, ser libres... Es complicado, padre, pero créame: los médicos saben más. Cada palabra provoca en el viejo