temor apoyó el picaporte de la primera, que no cedió, y después repitió el intento con las demás. Se dijo: «Con todas las demás», pero estaba demasiado confuso como para saberlo claramente. En realidad no deseaba encontrar la puerta que cediera. A la mañana le dijeron que se había levantado la huelga y que los trenes corrían. Viajó en el de las doce y diez. Apenas pasadas las cinco, bajaba del tren, salía de Constitución,