y la ayuda de los Estados Unidos, quisieron imponerle. A la caída de Mohamed Reza muchos nos preguntamos: ¿serán capaces los nuevos dirigentes de concebir otro proyecto de modernización, más congruente con la tradición propia, y podrán realizarlo de abajo para arriba? Al principio la duda fue lícita. La presencia en el gobierno de Teherán de personalidades como Bani Sadr, abrían un espacio a la esperanza. Este joven político pareció representar, por un corto período, un