con dar un vistazo a los monumentos y edificios de las ciudades de entonces: México y Boston, Puebla y Filadelfia. En menos de cincuenta años todo cambió. En 1847 los Estados Unidos invaden a México, lo derrotan y le imponen terribles y onerosas condiciones de paz. Un siglo después, se convierten en la primera potencia mundial. Una conjunción inusitada de circunstancias de orden material, técnico, político, ideológico y humano explican el prodigioso desarrollo norteamericano. Entre estas condiciones,