siglo antes tampoco es la viga maestra ni el ombligo de la Creación. Si cada individuo tiene un valor igual a otro, cualquier rincón del mundo, incluso el más triste y desamparado, merece la misma solicitud e importancia que ordinariamente concedemos al propio. En su trayecto de un núcleo burgués, monocolor y homogéneo a otro popular, mestizo y abigarrado, de la Bonanova a la Bonne Nouvelle, el antiguo patriota ha perdido una tras otra las plumas brillantes de su penacho.