humillada postura, protesta contra el supuesto atropello, proclama su inocencia a gritos y, lo que es más grave, se lleva torpemente la mano al bolsillo para mostrar documentos que acrediten su indiscutible condición doméstica, ese necio e impulsivo ademán corre el riesgo de ser, y será, muy distintamente interpretado. Los tres colegas del hábil cinturón negro acudirán en seguida a prestarle mano: mientras él le somete a nueva e infalible presa, los otros inmovilizarán de concierto sus desacordes y
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CORRERIII - Pasar peligros, aventuras, o cierta suerte