, brazo hacia lo lejos, el índice de su padre era el dedo creador de Dios tendido a Adán en la Capilla Sixtina. La nuez sube y baja en el fláccido cuello de aquel dios, que echa atrás la cabeza para apurar el vaso. Se limpia luego con el dorso de la mano y el gesto sorprende a Renato. ¿ Por qué, si es allí el habitual? Pero -percibe Renato- el padre ahora reprime ese gesto. Más aún, en