delincuente ni un simulador; ciertamente padece fallos de memoria. No puede darles la dirección, pero la conoce Valerio Ferlini, el hijo del abogado, cuyo teléfono facilita. Si no encuentran a la familia, el propio profesor se declara dispuesto a recoger al viejo en la comisaría y hacerse responsable de él. Gracias a Valerio el sargento consigue al fin hablar con Renato en la fábrica y pedirle que acuda cuanto antes. Entre tanto le pasan al viejo un café