vencimos nosotros entonces sí vencerás!» Al filo del alba Brunettino cayó en el profundo sueño de la fatiga. Ahora los preparativos del matrimonio para irse a su trabajo parecen normales, pero las palabras brotan forzadas, las miradas se esquivan y el matrimonio cuchichea aparte. «En cuanto llegue Anunziata me echo a la calle. He de contárselo a Hortensia», decide el viejo.