selas la luz apagada. -Abuelo, vamos a cenar pronto. -Tengo poca gana. Empezad sin mí; ahora iré. -¿Le pasa a usted algo? - ¡ Qué va! Estoy muy bien. Ya están ellos cenando cuando él aparece con una botella en la mano. Se supone que Andrea ignoraba la existencia de ese vino tinto, pero no dice nada. El viejo saca del frigorífico unas aceitunas. Se sirve un buen vaso y come unas