el suelo e instalandose en su butaca-. Me paso el día aquí sentada. El chiquillo recorre con la mirada la habitación. -A éste hay que entretenerle con algo, pero en una casa sin niños... --cavila Hortensia-. ¡ Ah, sí! Mira, Bruno, abre mi armario y al fondo del cajón grande, abajo, encontrarás un dominó. Durante la enfermedad de Hortensia el viejo, en sus visitas, ha ejecutado ya encargos semejantes