desconfianza. ¡ Treinta años llevamos aquí sin que nadie se haya quejado nunca! Andrea, abochornada, soporta el chaparrón para no caer en desgracia, pues las demás fruterías del barrio son inferiores. Por supuesto, jamás se le ha ocurrido entrar en la de los tarentinos, donde precisamente el viejo ha hecho su compra. Al fin la frutera se ablanda: -Parece mentira que sea el padre de su esposo, tan distinguido. Y usted tan señora, doña Andrea,
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OCURRIRII - Venirle a alguien de repente a la mente una idea o la intención de hacer algo