Su movimiento es únicamente regresivo. Cruel decepción: la revuelta terminó en espasmódica dominación clerical, la resurrección en recaída. Las tiranías y despotismos necesitan, para justificar su dominio, la amenaza de un enemigo exterior. Cuando ese enemigo no existe, lo inventan. El enemigo es el diablo. No un diablo cualquiera sino una figura, mitad real y mitad mítica, en la que se aúnen el enemigo de afuera y el de adentro. La identificación del enemigo interior con el
TIE:098.17
EXISTIR.1 - Tener [algo o alguien] manifestación real