volvía a Janet, algo en ella tendía un arco como de piel y de tendones y de vísceras, la proyectaba hacia eso que no podía ser, exigiendo el acceso por dentro o por fuera de los estados que la envolvían y abandonaban vertiginosamente, su voluntad era el deseo abriéndose paso en líquidos y constelaciones fulminantes y lentísimos arrastres, era Robert en alguna parte como término, la meta que ahora se dibujaba y tenía un nombre y un tacto en el estado cubo y